Cánones por Gustavo Jaramillo


 Cánones de la Belleza

El canon de belleza es el conjunto de aquellas características que una sociedad considera convencionalmente como bonito, atractivo o deseable, sea en una persona u objeto. Es históricamente variable y no es común a las diferentes culturas. Esta belleza del atractivo personal es lo que ha atraído el interés de múltiples pensadores a lo largo de toda la historia

Los estudiosos de la estética y los filósofos aún no se han puesto de acuerdo en la definición de la belleza. La belleza no se define, se reconoce. Es una cualidad, un concepto, un sentimiento, que se caracteriza por su relatividad: no hay un criterio universal a pesar de que existen aproximaciones a lo absoluto, acercamientos a la perfección que no existe más que como ideal. Muchos estudiosos consideran que la belleza es lo que resulta agradable a los sentidos y que por consiguiente causa placer, pero no todo lo que nos causa placer tiene por qué ser bello

Un causante que determina sobre lo que es estético o marcado como canon de belleza en la actualidad es la gran influencia que tienen sobre nosotros los medios de comunicación y la revalorización de estos modelos corporales y que como consecuencia se genera el desprecio por todo aquello que no se ajusta a los mismos, nos ha llevado a asimilar erróneamente estos cánones con el éxito tanto emocional como profesional y social.

Hay que aclarar que la televisión, al igual que otros medios, tiene el poder de crear valores sociales y ejercer influencia en las personas porque ofrece definiciones, presenta modelos, promueve estereotipos y puede ser un exponente de cambios.

Esta idealización del cuerpo a través de los medios de comunicación, tiene consecuencias negativas para los individuos que observan como sus cuerpos se diferencian de estos patrones y cómo los gustos tanto de hombres como de mujeres se encuentran tremendamente influidos por los modelos que nos ofrece la publicidad. Los hombres buscan a la mujer ideal que les ofrece la publicidad identificándola con el éxito social y el deseo sexual y las mujeres aspiran a convertirse en modelos de belleza para ser así deseadas por los hombres. Esta confusión entre deseo y belleza, entre éxito y apariencia conlleva numerosos problemas de frustración ante el propio cuerpo.



Hipótesis:
Los cánones de belleza son cambiantes con forme al avance del tiempo y  de la sociedad, así como del espacio cultural en el que se encuentre


Investigación:

La belleza ha sido objeto de culto desde que surgió el Homo Sapiens. Por aquel entonces ya empezaban a decorar sus cuevas, creaban pequeños artilugios que simplemente les servían para decorar y no tenían otro fin útil.

Platón fue un filósofo griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, que habla de la belleza como el nombre común de las cosas bellas y que tenían una armonía en sus proporciones por lo se percibía desde un punto de vista objetivo. Esta percepción de la belleza se siguió manteniendo en la Edad Media. Como consecuencia del auge del cristianismo de esa época, la belleza dependía de la intervención de Dios. De modo que, si se consideraba bello algo, es porque había sido una creación divina. De ahí que se distinguiese entre la belleza material, externa y que se marchita con el tiempo, y la espiritual, la interior y permanente como la bondad, el amor, la simpatía, etc.

Después de la Edad Media, con el Renacimiento, la belleza tiene una concepción más naturalista, más próxima a la Grecia clásica.

A través de las esculturas prehistóricas, denominadas Venus por representar divinidades de la fertilidad, se pueden saber cuales eran los cánones de belleza en la prehistoria. Todas estas figuras, Venus de Willendorf, Venus de Dolni Vestonice, Venus de Grimaldi o La Polichinela, Venus de Laussel o Dama de la cuerna, etc. cuentan con unas formas redondeadas y voluminosas, exponiendo la belleza femenina robusta y adiposa. Se cree que esta forma se debe al esfuerzo que se requería para conseguir una buena alimentación.

Entre las razas occidentales, el canon de belleza gira en torno del clásico canon de Policleto de Argos, escultor griego, el más popular patrón de belleza griega, que a través de generaciones llegó hasta nosotros y en el que la altura del ser humano es igual a 7 veces la altura de la cabeza. Policleto, preocupado por conseguir unas proporciones ideales del cuerpo humano masculino, basadas en las matemáticas, plasma su teoría en el “Doríforo“, atleta desnudo que porta una lanza, que quizás fuese Aquiles. El Apolo de Belvedere y la Venus de Milo son ejemplos del ideal artístico y de la concepción de lo bello.

¿Qué es lo que nos fascina de las estatuas griegas? ¿Qué es lo que durante siglos se ha intentado imitar en los momentos de clasicismo? La respuesta inmediata, la más obvia, sería que es la belleza de esos cuerpos la que nos atrapa: la proporción, el ritmo, la medida, eso que llamamos ‘canon’. Pero no, no sólo es eso. Lo fascinante, lo intangible, lo que las hace inimitables y deseables al mismo tiempo es su interioridad, ese intimismo reflexivo y hacia adentro, la sensación, mientras las miramos, de que ese cuerpo tiene pensamiento, una cierta melancolía, un desafío, una incógnita que nunca llegaremos a atrapar. No es carne, sino espíritu encarnado. Una cierta tristeza, tal vez una indiferencia, un volverse hacia sí mismos, pasando del que las mira. Mente y cuerpo ofrecidos a la contemplación, humanos demasiado humanos, dando forma a los dioses. Y es ese respeto, esa distancia la que las convierte en únicas, como si tuvieran un secreto que quisiéramos alcanzar y que se esquiva (…)”.

Extraído del artículo “Cuerpo y alma”, escrito por Lourdes Ortiz para la revista Zero (nº 93).



Antigua Grecia:

La teoría más prematura de belleza puede ser encontrada con los trabajos filósofos griegos a partir del período presocrático. La escuela Pitagórica vio una fuerte conexión entre las matemáticas y la belleza. En particular, notaron que los objetos que poseen simetría son más llamativos. La arquitectura griega clásica está basada en esta vista de simetría y proporción. La investigación moderna también sugiere que las personas cuyos rasgos faciales son simétricos y poseen la proporción preferida son más atractivas que aquellas cuyos rasgos no los son.

La belleza se concebía como el resultado de cálculos matemáticos, medidas proporciones y cuidado por la simetría. Es hasta cierto punto lógico que esto se diera así en Grecia, pues en ese contexto es donde nacen otras disciplinas como la filosofía entendida como conocimiento del mundo, de la ética y del hombre para ser más feliz.

Dentro de este ámbito, la escultura persiguió el ideal de belleza basado en el binomio de que lo bello es igual a lo bueno. El gran pionero de la teoría griega sobre el ideal de belleza fue Policleto.

En Grecia se entendía al cuerpo humano como el ideal de belleza en el que todas las partes deben guardar una proporción armónica entre ellas. Este canon de belleza  establece que el cuerpo humano para ser perfecto debe medir siete veces la cabeza.

Tanto la belleza femenina como la masculina se basaban en la simetría, según la cual un cuerpo es bello cuando todas sus partes son proporcionadas a la figura entera. Ahora bien, hay sensibles diferencias entre el ideal femenino y el masculino debidas, claro está, a la concepción cultural.

Las mujeres, aunque proporcionadas, representan a féminas más bien robustas y sin sensualidad. Los ojos eran grandes, la nariz afilada; boca y orejas ni grandes ni pequeñas; las mejillas y el mentón ovalados daban un perfil triangular; el cabello ondulado detrás de la cabeza; los senos pequeños.

En tanto que el ideal masculino estaba basado directamente en los atletas y gimnastas ya que se les atribuían cualidades comunes: equilibrio, voluntad, valor, control, belleza.





Belleza en el mundo:

Pero los cánones de belleza no sólo tienen que ver con el cuerpo. Para los egipcios faraónicos, la belleza consistía en armonía, perfección, bondad, tenían gran preocupación por mantener el cuerpo lo más perfecto posible y la limpieza corporal también era muy importante para ellos. Utilizaban cremas limpiadoras a base de aceites vegetales o animales mezclados con cal, yeso o polvo de piedra caliza, también utilizaban la miel y el natrón, para proporcionarles un color sonrosado.

En otras partes del mundo, como en algunas tribus africanas, los senos femenino flácidos y caídos casi hasta la cintura, son un símbolo de belleza. En otras se insertan aros en los lóbulos de las orejas o los labios, y se clavan en diversas partes del cuerpo huesos de animales. En numerosas culturas de la Polinesia, como por ejemplo Nueva Zelanda, con la tribu de los maories, y en países asiáticos como Japón, China o la India, el uso de los tatuajes eran y continúan siendo símbolos de belleza.

Al norte de la península Indochina, entre Myanmar (Birmania) y Tailandia, viven los padaungs, sus mujeres son conocidas como “las mujeres jirafa”. Su belleza se mide por el número de anillos que tienen alrededor del cuello. Los padaungs insertan anillos metálicos en el cuello de las niñas, que se va alargando progresivamente de forma cruel y artificial. Desde que hace 300 años los hombres tomaron el poder en la sociedad padaung, cuando una mujer comete adulterio le retiran los anillos, dejándola impedida, con la amenaza permanente de fractura en su columna cervical.

En Oriente Medio las mujeres se embellecen pintándose partes del cuerpo o empleando sustancias aromáticas elaborados con productos naturales, como: la henna, que en forma de polvo y mezclada con distintos líquidos, es utilizada para producir tatuajes o teñir el pelo; el rojo de Farsi es un mineral que se muele finamente y se usa para pintar los labios con la ayuda de un pincel; aceite de oliva aplicado sobre el cabello limpio hace que el cabello esté brillante. En Tailandia, el agua de arroz es empleado aplicándose sobre la cara para evitar el exceso de grasa. Para lograr unos pies tersos y suaves para lucirlos sin temor, las australianas frotan cáscaras de aguacate sobre las partes más ásperas para suavizarlas. En Polonia, las mujeres utilizan la miel de abeja como un exfoliante natural para tener un cutis suave y terso; además, se untan un poco en los labios para suavizarlos


LOS PRIMEROS 60 AÑOS DEL S.XX

En los comienzos del s. XX se formó el ideal de la “Chica Gibson”, un personaje de caricatura que representaba el ideal femenino por aquellos años y que se convirtió en un prototipo a seguir por la mayoría de las jovencitas. Su creador era por supuesto un hombre, el que atribuía a esta belleza los valores y costumbres que los caballeros consideraban las más adecuadas para una dama.
Éstas debían ser de pecho erguido, caderas anchas y nalgas sobresalientes, además de sumisas y obedientes. Poco después nació la mujer con forma de “S”, las que ajustaron la falda para resaltar la figura, los peinados se subieron sobre la cabeza y los sombreros se adornaban con plumas. Para este momento las mujeres comienzan a crear un nuevo ideal de mujer. La nueva imagen era la de una mujer trabajadora, que luchaba por obtener el derecho a voto y que se inmiscuía en los asuntos que hasta entonces eran privilegio de los hombres. Esta nueva tendencia era representada por vestidos que se alejaron gradualmente del decorado haciendo mucho más simple su confección.
En esta época, la mujer encuentra dos modelos a seguir, cada uno con sus pros y sus contras. Por una parte se encuentra la glamorosa mujer sensual, desinhibida y dueña de sí misma, que no necesita de los hombres para desenvolverse en el mundo, y de la cual éstos se van a enamorar. Por otra parte, se encuentra una inocente, tímida, buena y, no muy agraciada.
En esta época, el modelo masculino es más marcado, fuerte, seguro de sí mismo, pero de rasgos agraciados y hermosos.
La cara inversa de la medalla y en cierto sentido muy similar al rol femenino, se encuentra en las películas de Charles Chaplin, donde se presenta la imagen de un hombre desvalido y bondadoso que en muchos casos debe luchar contra otro masculino prepotente y poderoso física y económicamente por el amor de una mujer.
















1920-1929

Los hombres de esta década siguen manteniendo las características principales de la década anterior, por lo menos hasta la llegada y masificación del sonido (1926), que produce entre otros la desaparición de pantalla de actores de buena presencia, masculinos pero de voces femeninamente agudas. De ese modo, se agrega a los atributos masculinos un cierto tono de voz grave, sensual y deseable.
En esa época el prototipo de hombre sobre los demás era Rodolfo Valentino.
En el caso del modelo femenino, hay un cambio crucial, la mujer común, en principio identificada con la protagonista buena e inocente, debió enfrentarse al menos indirectamente con la guerra y la cruel realidad que ésta trajo a los hogares. Las mujeres de ésta época llevaban un estilo andrógino: usaban pelo corto y trajes que no marcaran la silueta. Estos cambios se produjeron a raíz del contexto histórico, el rol de las mismas cambiaba (las mujeres empezaban a trabajar) y la docilidad empezaba a dejarse de lado.

 


















1930-1939

En la primera parte de esta década (hasta 1933) el rol femenino cobró aún más protagonismo, la mujer tradicional había ido acercándose cada vez más a la vampiresa, sin embargo, aquí nos encontramos con una mujer que no sería amada, sino que idolatrada e incluso temida por los hombre. Es sin duda, la manifestación del ideal onírico de los hombres de esa época, una suerte de amor masoquista por una mujer inalcanzable.
Los modelos de ésta época, salvo excepciones no son mujeres hermosas físicamente. El cuerpo desnudo de la mujer era un tesoro por descubrir, que debía exponerse en la intimidad.
Fue la década de la lencería, el modelo femenino recatado, puro, virgen y bondadoso continúa presente. El modelo masculino de este momento es tahúr, vividor, aventurero, hombre macho recio, no agraciado físicamente.
La atracción sexual se recalcaba en la apariencia y belleza física y no en los comportamientos seductores o prosexuales. Una de las representantes del modelo inocente femenino de este período seguirá siendo top y vigente hasta la década de los 60: Elizabeth Taylor. Otros modelos a seguir en esta década fueron las actrices como Greta Garbo y Marlene Dietrich, mujeres de hombros anchos y caderas delicadas, altas y delgadas. En este período el punto erótico cambió desde las piernas hasta la espalda, la que era resaltada por destacados escotes y que provocaba más de una pasión en el ámbito masculino. En este momento la mujer estaba envuelta en un halo de encanto, sensualidad y misterio. Los hombres perecían frente a esta belleza madura de movimientos felinos y mirada dormida y la mujer sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios moralistas.






1940 -  1949

El prototipo de la mujer en esta década era adulta y sensual, trabajadora pero sin perder nunca la femineidad.
Las mujeres cada vez mas sensuales empezaban a mostrar mas los atributos, en especial las piernas, las cuales debían ser largas y grandes, además las mujeres debían tener una cintura pequeña y un busto  mediano, en estos años cuando los hombres regresaron a la guerra, las mujeres fuerte y trabajadoras eran el centro de atención
                 





1950 - 1960

En esta década se siente una fuerte atracción erótica por las mujeres voluptuosas, con caderas anchas y grandes traseros, una de los iconos de belleza durante los 50´s  fue Marilyn Monroe. Se trataba de mujeres seductoras y exuberantes corporalmente que muestra que el rol femenino está sexualizado en su inocencia, la belleza física exigida para las mujeres,  el color y el corte de pelo se cambiaba muy seguido, aunque lo más común era usarlo rubio

                 









ACTUALIDAD
En la actualidad las mujeres se sienten más presionadas y se ven juzgadas por los cánones estéticos que con el tiempo son más exigente. La discriminación estética es un hecho que afecta hoy día tanto a hombres como a mujeres. Esto se define en las personas por un “estado de inseguridad” y “la falta de autoestima”. Una de las causas que crean la necesidad de depender de estos cánones es la creación del concepto de estética personal, esto hace que gran parte de los ciudadanos mantengamos una interacción privada y personal con los cánones de belleza corporal.
En nuestra época nos vemos envueltos por la publicidad y medio masivos de comunicación que nos dicen que el canon de belleza actual se basa en mujeres muy delgadas, que a la vez tienen grandes senos, lo cual ah causado que las mujeres recurran a cirugías plásticas para tratar de adecuarse a este tipo de belleza.


Conclusión
Los canones de belleza han cambiado durante el transcurso de los años, ya que conforme avanza el tiempo los hombres y mujeres deben de cambiar, debido a factores culturales los canones de belleza se central en la región en la que se encuentra la persona, pero sin duda es ampliamente influenciado por el roll que juegan los medios de comuniacion en las personas, ya que mediante estos se vende la idea de una “belleza“ la cual debemos de seguir para ser aceptados dentro de la sociedad lo que lleva a las personas a tratar de imitar a sus ídolos elevados por la publicidad y los medios.












Fuentes:
http://www.sitocorock.com.ar/2011/11/historia-de-la-moda-1050-1960.html
http://www.cienciapopular.com/n/Biologia_y_Fosiles/La_Belleza_humana/La_Belleza_humana.php
http://canonesbelleza.wordpress.com/2007/05/24/la-belleza-en-el-s-xx/#more-18


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